Ligereza y resiliencia, recordándonos disfrutar de la vida a pesar de las dificultades.
El colibrí nos ayuda en la capacidad de superar desafíos y dificultades con gracia y agilidad, recordando que, aunque la vida puede ser rápida y a veces difícil, es posible mantener una actitud ligera y positiva. También representa la adaptabilidad, la búsqueda del néctar de la vida (lo mejor que la vida tiene para ofrecer) y la conexión con la belleza y las energías del amor.